A menudo en el
momento de comenzar un entrenamiento algunos jugadores me comentan que sienten
fatiga o decaimiento sin motivo aparente.
La primera pregunta
que les hago es si han descansado bien, si han dormido las horas suficientes.
Pero inmediatamente me intereso por su nivel de hidratación: ¿cuándo y cuánto
has bebido agua por última vez?, ¿no has traído agua o mejor una bebida isotónica
para realizar esta sesión?.
El agua de tu cuerpo
es el medio en el que se realizan la mayoría de las reacciones químicas
fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo: Ayuda a regular la temperatura
corporal.
Es fundamental para el transporte de las sustancias de desecho y toxinas que
generamos. Ayuda a activar los órganos internos. Ayuda a realizar una buena
digestión. Ayuda a bajar la presión
sanguínea.
Lubrica articulaciones y órganos… ayuda a… ¿continuamos?...
El organismo de una persona adulta sedentaria pierde al día una media de 2,5 a 3 litros de agua en condiciones normales de temperatura, a través de la respiración, de las heces, el sudor y la orina.
En el caso de las personas que practican deporte esas cifras se incrementan enormemente sobre todo si se realiza con tiempo caluroso y con humedad elevada, por lo que deben prestar especial atención a su nivel de hidratación: antes, durante y después de la práctica deportiva.
Para hidratarte
adecuadamente deberás evitar las bebidas muy azucaradas, las bebidas
alcohólicas, el café, el té (son diuréticos por lo que favorecen la eliminación
acelerada de líquidos) y especialmente las colas y los refrescos azucarados y con burbujas (ya que retrasan la
absorción del líquido).
Beber agua o mejor, bebidas isotónicas (también llamadas
bebidas deportivas o rehidratantes, que aportan electrolitos como sodio,
potasio, magnesio…) antes, durante, y después de realizar actividad física es fundamental,
te ayudará a proteger tu salud, especialmente los días de calor y humedad
elevados. Se recomienda beber aunque no tengas sed.
Piensa que cuando sentimos sed ya hemos perdido el 1% del
peso corporal de agua
Así evitarás posibles
“bajones de rendimiento”, cansancio
inesperado, pérdida de concentración,
dolor de cabeza, calambres musculares,
sofoco por acaloramiento…
La adecuada hidratación junto a una dieta equilibrada son
claves para un golf mejor.
El golf es un deporte
que requiere una técnica adecuada para poder alcanzar el resultado deseado.
Sobre el gesto técnico influyen multitud de factores externos. Una mala
hidratación es uno de esos factores determinantes que hacen disminuir nuestro
nivel de energía, de resistencia y de coordinación… por lo tanto nos impide
alcanzar esa técnica adecuada y eficiente.
Si no reponemos
adecuadamente los líquidos perdidos, la capacidad de contracción de la
musculatura disminuye drásticamente (de un 20 a un 30%), y por tanto nuestro
rendimiento
deportivo también disminuye.
or eso insisto aconsejando a mis jugadores
que deben prestar especial atención a mantener un adecuado nivel de
hidratación, tanto durante los entrenamientos
como en la competición.
Dos últimos consejos
importantes. Primero: presta atención a tu nivel de hidratación siempre, no sólo en época de calor, como la que se
aproxima. Segundo: beber sólo agua en exceso
(3,5 a 5 litros al día) está contraindicado y podría afectar negativamente a tu
salud.
Espero que os haya
resultado interesante.
Manuel Gallardo Carreres
Entrenador FITCLUB y Preparador Físico en Masía De Las
Estrellas
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